Se encuentran en su mayoría en Nueva Guinea, Nueva Bretaña, Sulaewsi y Mindanao.
Al mudar la corteza anualmente, pero en diferentes momentos, el verde del interior se va oscureciendo para dar los colores azul, púrpura, granate, naranja, rosas, ocres y muchos más...
Hay placer en los bosques sin senderos, hay éxtasis en una costa solitaria. Está la soledad donde nadie se inmiscuye, por el océano profundo y la música con su rugido. No amo menos al hombre, pero sí más a la naturaleza.